jueves, 27 de marzo de 2014

Fermi y Faraday.

Hoy tomando un café he estado pensando cuántos físicos y físicas han sido realmente merecedores de tener un lugar privilegiado en nuestra Historia, y por ello tengo la satisfacción de escribir sobre dos de mis físicos favoritos.

El primero en hablarles será de Fermi (1901-1954), físico italiano. Él fue el creador de la primera reacción nuclear controlada. Otro de sus grandes logros fue desarrollar un nuevo tipo de estadística para explicar el comportamiento de los electrones (mecánica estadística). 

También desarrolló una teoría sobre la desintegración radiactiva beta, y desde 1934 investigó la radiactividad artificial bombardeando elementos con neutrones. Por este último trabajo fue galardonado en 1938 con el Premio Nobel de Física.

Para no sufrir el hostigamiento político de la Italia fascista, ya que su esposa era judía, Fermi y su familia emigraron a Estados Unidos, donde fue profesor de física en la Universidad de Columbia.

En diciembre de 1942, en la Universidad de Chicago, obtuvo la primera reacción controlada de fisión nuclear en cadena, y hasta el fin de la II Guerra Mundial (1939-1945) trabajó en el desarrollo de la bomba atómica en Los Álamos, Nuevo México. Más tarde se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por razones éticas.

Después de la guerra, en 1946, Fermi fue profesor de física y director del nuevo Instituto de Estudios Nucleares de la Universidad de Chicago; los estudiantes de todo el mundo iban allí para estudiar con él.

Su carrera se vio truncada por su muerte prematura a causa de un cáncer el 28 de noviembre de 1954. El Premio Enrico Fermi otorgado en su memoria es concedido anualmente a quien más haya contribuido al desarrollo, uso o control de la energía atómica.

Su nombre ha sido distinguido con el honor de designar al elemento atómico nº 100, al que se le dio el nombre de Fermio (Fm).

Tras estas breves palabras, no creo que quede ningún tipo de duda para atisbar su grandeza interior, científicos así son los que elevan al ser humano a cotas universales.

Y ahora tendré el gran honor de hablar de Faraday (1791-1867), un aprendiz de encuadernador que vivía en Londres allá por el año 1804. Este adolescente aprendiz ha hecho tantas cosas por nosotros que no sé por donde empezar. Por ello, y a modo de resumen, sólo diré dos cosas de él: 

La primera es que tuvo la revolucionaria idea de dibujar las fuerzas o interacciones, esto es, sustituyó las fuerzas entre dos cuerpos por manos virtuales. En efecto, si un cuerpo A atrae a un cuerpo B, es equivalente a que B esté en la mano de A, mano que irá a la boca de A. Dicho con otras palabras, A extiende su mano de tal forma que en cada punto del espacio hay un dedo, y el cuerpo B será más atraído, o menos atraído, dependiendo del dedo de A que le haya tocado. Esta idea la perfeccionó y la presentó a la comunidad científica. 

Al principio, los científicos de la época no hicieron mucho caso a ésta peculiar manera de ver las interacciones entre cuerpos, más bien les tuvieron que parecer una idea extraordinariamente infantil y carente de formalismo matemático. Hoy día sabemos que Faraday estaba en lo cierto. En su mente nació lo que conocemos como "campo de fuerza", un concepto fundamental en la física actual, pero demasiado simple e imaginativo para los físicos de su época.

Y la segunda cosa que quiero decir de Faraday es que nunca perdió su noble corazón, y la prueba de ello son las famosas charlas navideñas que él mismo impartía para niños. En la simplicidad está la grandeza.

Me despido por hoy, no sin antes dedicarles ésta canción. Se trata de una "jaula de Faraday", un invento de él,  y se titula "Yo creo en tí":

http://www.youtube.com/watch?v=HZp2bk4YHFY

Un saludo y hasta la próxima.