jueves, 17 de abril de 2014

Un cántico a la Semana Santa cristiana y a la Ciencia.

Hoy Jueves Santo según el calendario cristiano, me gustaría mostrarles otro de los caprichos o milagros del destino.

La última revolución científica fue la teoría cuántica la cual se caracteriza, como ya dije en una entrada anterior, por la imposibilidad de saber de forma exacta la posición y la velocidad de una partícula, como por ejemplo un electrón. No es que tengamos que esperar mil años para poseer unos aparatos de medida lo suficientemente sofisticados como para poder medir ambas magnitudes con suma precisión (posición y velocidad), no es eso, es algo muchos más profundo, es que el electrón no puede tener de forma simultanea una posición y una velocidad bien definidas. Lo que quiero decir con ésto es que el electrón, o tiene una posición totalmente definida, o tiene una velocidad totalmente definida, o tiene un poquillo de ambas cosas a la vez. Dicho de forma más exacta, la naturaleza le otorga al electrón la probabilidad de estar en una cierta región del espacio, y cuanto menor es la región en la cual éste puede estar, mayor es el rango o intervalo de velocidades que éste puede tener. Es como si la incertidumbre en la posición y la incertidumbre en la velocidad fuesen magnitudes inversamente proporcionales, esto es, a mayor incertidumbre en la posición, menor incertidumbre en la velocidad, y viceversa. Y ésto fue justamente lo que dijo Heisenberg (uno de los padres de la mecánica cuántica).

En efecto, Heisenberg dijo lo siguiente: “La incertidumbre en la posición y la incertidumbre en el momento (decir momento equivale a decir velocidad) son magnitudes inversamente proporcionales, y su constante de proporcionalidad es la constante de Planck”

Ahí está la clave de la última revolución científica. Según ésta, la naturaleza está gobernada por una ley probabilística y no determinista, y por ello, a día de hoy, toda persona tiene el respaldo de la ciencia para intentar cambiar el destino de las cosas importantes. Por todo esto, le doy las gracias a mi Dios.

Hoy, Jueves Santo según el calendario cristiano, he hablado de “ciencia” y de “no destino”. Ahora, a modo de resumen, quiero mostrarles una bonita canción. Curiosamente el grupo musical se llama Enigma, y la canción es un bello cántico espiritual. Qué mejor resumen que éste:



Un cordial saludo a todos mis seguidores y seguidoras, hasta la próxima.