lunes, 11 de mayo de 2015

Un camarote muy especial.

 
Hoy quiero hablaros de una escena muy famosa de Hollywood, el camarote que se va llenando cada vez más y más de gente en la famosa película de los hermanos Marx titulada "Una noche en la ópera". Quien haya visto la película recordará que dicho camarote se va llenando progresivamente de personas hasta tal punto que ahí ya no cabía ni un alfiler (digamos que dentro del camarote habría unas 20 personas en el momento de máximo afluencia). ¿Pero qué pasaría si hubiésemos admitido no a 20 personas sino hasta un máximo de 20 mil trillones de personas?. Muy fácil, probablemente las partículas materiales de cada persona estarían tan próximas unas a otras que entraría en juego dos fuerzas antes ausentes: 1º la fuerza más poderosa existente en la naturaleza, esto es la fuerza nuclear fuerte, y 2º la tampoco desdeñable fuerza nuclear débil.
 
Ambas fuerzas nucleares se caracterizan por ser de muy corto alcance y por ello sólo se manifiestan cuando la distancias entre las partículas implicadas es muy pequeña, esto es, las fuerzas nucleares sólo se manifestarán cuando el grado de compactación material sea lo suficientemente grande como para que las distancias entre sus partículas materiales sea lo suficientemente pequeña. Llegado a éste punto es conveniente recordar que la compactación es una ilusión óptica, nunca pueden tocarse dos partículas, lo que pasa es que las partículas pueden estar tan cerca unas de otras que nos dé la impresión de una ilusoria compactación.
 
Como hemos dicho, ambas fuerzas nucleares, por ser de corto alcance, ocurren a distancias microscópicas, y por ello deben ser estudiadas por la física invisible a nuestros ojos, esto es por la física cuántica la cual hablé en entradas anteriores.
 
¿Y cuáles son las primeras consecuencias de un estudio cuántico de éstas fuerzas de corto alcance? Una consecuencia fundamental es que debemos olvidarnos de los conceptos clásicos de trayectoria y número de partículas constante para adentrarnos en un panorama cuántico en donde el número de partículas ya no será constante (se crearán y destruirán partículas microscópicas) y en donde más que trayectorias, que ya no existirán, se deberá hablar de radiaciones electromagnéticas (en forma de ondas radio, ondas de luz visible, y rayos X y Gamma altamente ionizantes) y de emisiones de partículas materiales de alta velocidad (y por ello también portadores de un peligroso poder ionizante).
 
Pues ya saben, si en el camarote de los hermanos Marx no hubiese 20 personas sino 20 mil trillones, se alcanzaría una alta compactación y como consecuencia se obtendría radiaciones luminosas y altamente ionizantes. Y todo ello como producto de las fuerzas nucleares de corto alcance. O sea, en pocas palabras, el camarote de los hermanos Marx, con 20 mil trillones de personas a bordo, sería un estrella como el sol.
 
Hoy he hablado de camarotes, de compactación clásica, y de efectos cuánticos. Por ello os quiero regalar ésta canción que habla de un mar tan antiguo como el Quijote el cual separa el camarote de un barco llamado Madrid con uno de los faros más bellos del planeta (de ahí el dicho de "de Madrid al cielo").Y hablando de faros, quiero animar a todos mis seguidores y seguidoras a preguntar cuantas dudas tenga, porque no hay mayor penumbra que la duda no preguntada.
 
Ya sólo me queda dejarles con "El último de la fila" y su mar antiguo:  https://www.youtube.com/watch?v=pvT-6uVLB0g
 
Un cordial saludo y hasta la próxima.