Hoy he recibido la triste noticia del adiós de un gran campeón y mejor persona. En efecto, hace sólo cuatro días, en concreto el 26 de mayo del 2016, falleció el que fue niño prodigio y auténtica promesa del ajedrez mundial, allá por la década de los 40, el español Arturo Pomar. El que su carrera no se viera culminada con un título mundial probablemente fue debido a los tiempos difíciles que le tocó vivir. En efecto, él no pudo tener ni el tiempo de dedicación necesario ni ningún entrenador que le allanara el camino. Pero en su haber destaca las memorables tablas que, con sólo 12 años de edad, firmó contra el campeón mundial de esa época, el soviético Alexander Alekhine (Александр Александрович Алехин), en el torneo de Gijón de 1944. Yo sé que fue una bellísima persona, de hecho una vez crucé unas palabras con él mientras me enfrentaba contra su hijo en una partida de ajedrez del torneo de mi ciudad, en concreto nos preguntó si queríamos tomar algo mientras jugabamos la partida, que él nos invitaba. Yo no me acuerdo lo que pedí, pero sí lo que pidió su hijo, una horchata de chufa. Es mi deseo y todo un privilegio escribirle en su último adiós, y mandar un fuerte abrazo a su hijo y al resto de su familia.
Hoy quiero despedirme con ésta bonita canción. Va por usted Don Arturo Pomar, le deseo todo lo mejor allá donde esté:
Un cordial saludo para todos ustedes y hasta la próxima.